Historia de The Last of Us 2 (Part II)

La calma antes de la tormenta

La historia de The Last of Us 2 nos lleva a Jackson (Wyoming), el poblado donde Joel y Ellie han vivido estos años, protegidos y con una vida medianamente normal. El único riesgo sucede en las patrullas, destinadas a explorar la zona y eliminar a los infectados cercanos. El juego comienza con un pequeño engaño, tal y como hacía en su primera entrega. Si en ella comenzábamos llevando a Sarah, la hija de Joel, aquí llevamos también al personaje que morirá nada más empezar, dando comienzo a la historia. Pero antes manejamos a una misteriosa chica llamada Abby. Desde este momento Ellie y Abby serás las protagonistas de la historia.

Ella matará a Joel ante los ojos de Ellie y esa historia de venganza, unida a la misteriosa razón de la misma, es lo que arbola la primera parte del juego. Puede que perder a Joel tan pronto rompa las expectativas de muchos, pero es, también, la gran advertencia de que este juego no se anda con chiquitas y de que esta segunda parte no ha venido a estirar el chicle del éxito de la querida pareja.

La mayor parte del juego está partida en dos, la historia de Ellie y la de Abby, que actúan una como reflejo de la otra. Por eso es tremendamente importante que, antes del traumático suceso, veamos la normalidad, la vida de Ellie en Jackson. El poblado tiene granjas, niños jugando, cotilleos, relaciones amorosas… Ellie vive una vida casi normal. Aunque Druckmann y su equipo ya sacaron del armario a su joven protagonista con el DLC Left Behind, es importante que esta primera parte asiente la relación de Ellie con Dina, que acaba de dejar a su novio Jesse.

Tras fumarse unos porros, Ellie y Dina se acuestan por primera vez, después llegará la muerte de Joel y todo se convertirá en pesadilla. Pero desde este punto, Dina será lo que representó el instante de las jirafas, la luz en la oscuridad de una Ellie sangrienta y vengativa que irá, poco a poco, perdiendo lo que queda de su alma.

Como siempre, la joven es de pocas palabras, tímida y endurecida por la vida que le ha tocado. Sin embargo, el juego encuentra nuevas formas de expresarnos sus sentimientos. Al increíble trabajo interpretativo de Ashley Johnson y los ojos más expresivos de la historia de la animación digital, el juego completa los concisos diálogos de Ellie con un diario que debemos llenar. Leyéndolo aprenderemos mucho más de sus pensamientos, incluso descubrimos notas y borradores de poemas y canciones que le dan todavía más capas al ya eterno personaje.

Con todo eso, Ellie parte hacia Seattle en busca de venganza junto a Dina. Así, el juego crea una dinámica de pareja similar al primero, en el que el mismo suceder del gameplay crea al jugador lazos afectivos también con el personaje no jugable. Aunque el juego aborda años de historia, el corazón de la misma sucede en Seattle y en solo tres días. Al llegar a la ciudad, Dina y Ellie se encuentran en medio de una guerra civil entre dos grupos. Por un lado, están los lobos, un comando paramilitar al que pertenece Abby.

El inicio de la venganza de Ellie

Por el otro, están los Scars o Serafitas, una secta religiosa muy conservadora y sangrienta. En medio del caos, Ellie intenta seguir los pasos de todo el grupo que estaba presente cuando mataron a Joel, los mismos que a ella la dejaron vivir, pero a los que no puede perdonar. Con el final de cada día, Ellie se enfrenta a diferentes escenarios que le llevan a encontrar a algunos miembros de la banda. Debemos destacar lo duro que resulta matar, no ya a los enemigos, sino a sus perros, algo a lo que estamos menos acostumbrados que a defendernos de humanos armados. Con la muerte de cada uno de los antagonistas va aumentando la crueldad de Ellie.

Si primero se trata de un fuego cruzado o de encontrarse a alguien ya asesinado por los Scars, Ellie acaba teniendo que efectuar auténticas ejecuciones a sangre fría. Cuando Dina le confiesa que está embarazada y debe quedarse sola en el refugio, Ellie deja de tener un sujeto moral, su luz, para aguantar no caer en la pura búsqueda de sangre. Por Seattle también aparecen Jesse, el ex de Dina, y Tommy, el hermano de Joel que también está buscando venganza.

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Tras acabar con la mayoría de miembros de la banda pero sin noticias de Abby, Ellie tiene que decidir entre salvar a Tommy y regresar con Dina a Jackson, para darle los cuidados médicos que necesita, o seguir con la venganza. Decide lo segundo, lo que la lleva al asesinato de una pareja, incluyendo a una mujer embarazada. Acaba de rodillas, vomitando ante lo que acaba de hacer, con Jesse y Tommy llevándosela a su guarida.

Memorias en medio del apocalipsis

Entre esos tres días, The Last of Us 2 incluye varias misiones en forma de flashbacks, bastante más relajados, y que nos sirven para comprender mejor las relaciones personales y el hueco acontecido entre ambos juegos. En ellos vemos a Joel ejerciendo de padrazo, regalándole a Ellie por su cumpleaños una visita a un museo donde la pequeña aprende de dinosaurios y viajes espaciales. También descubrimos que Joel fue el último en enterarse de la orientación sexual de Ellie, de su primera novia y, sobre todo, de las crecientes sospechas de que Joel le mintió sobre lo que pasó en ese hospital. Como los días en Seattle, los flashbacks van oscureciendo la relación entre Joel y Ellie hasta acabar con aquel en el que Ellie descubre que Joel le arrebató la posibilidad de sacrificarse para ser la cura de la humanidad.

Si con cada escena de convivencia entre ambos comprendíamos a Ellie a través del cariño, con esta pelea final, que acaba con la joven diciéndole a Joel que corta toda relación con él por salvarle la vida, nos hace ver su rabia, su impotencia. Especialmente en los instantes más relajados, conviene girar la cámara para dejar de ver la espalda de los personajes y disfrutar de sus trabajadas expresiones, incluso durante el ángulo más invisible del gameplay. No falta detalle.

Las localizaciones, basadas en la verdadera Seattle, nos muestran un entorno urbano destruido, lleno de musgo y vegetación, edificios vacíos y tiendas a medio destruir. Pero el juego también utiliza la urbe para descubrirnos su estadio, sus túneles del metro, estaciones, museos y hospitales. Es increíble el nivel de detalle e historias que ha planteado The Last Of Us 2 para nosotros. No hay habitación, edificio o tienda que no tenga detalles que nos lleven a reconstruir las vidas de los que un día habitaron esos espacios.

La mayor información la recibimos a través de los continuos textos y cartas que nos encontramos, pero también, si nos fijamos, en los pósters, las películas, los libros e incluso una PlayStation 3 con, cómo no, los juegos de Naughty Dog, Uncharted y Jack And Daxter. Pero si buscamos variedad de espacios, el juego utilizará los flashbacks y el epílogo para llevarnos a otros entornos muy diferentes, desde parajes nevados de montaña hasta playas californianas. Incluso en la misma Seattle descubriremos una isla que parece sacada de un cuento medieval. Pero eso será a través de otros ojos, no los de Ellie…

A mitad de juego, Naughty Dog da un salto tan valiente como radical en la trama. Cuando estamos relajados, de repente aparece Abby en el refugio de los protagonistas, mata a Jesse, inmoviliza a Tommy y, cuando se dispone a disparar a Ellie, que ha matado a todos sus seres queridos, hay un corte. De repente llevamos a Abby, un personaje que teníamos como el malo de la película y al que no nos hace mucha gracia manejar. Gran parte de un juego se basa en el disfrute de dirigir al protagonista, si eso te da rabia, la cosa puede durar poco.

Primero llega un flashback en el que descubrimos que el padre de Abby era un hombre bueno, inteligente, amante de los animales y… Médico. Él era el investigador que iba a extraer la cura de Ellie. Ahí tenemos la primera en la frente, una razón más que lícita para la venganza. Joel no solo acabó con la posibilidad mundial de cura sino también con el padre de Abby, un hombre mucho más honrado e inocente que él. Pero el gran atrevimiento llega a continuación, cuando vemos a Abby en la base de los lobos y se crea una réplica con lo que vimos de Jackson. Llevamos horas y horas asesinando a soldados, a unos que ahora vemos en su hogar. Hemos matado a perros que tienen nombre, a gente que tiene hijos. Lo ha hecho Ellie, lo hemos hecho nosotros.

La propia dinámica de luchas del juego desarrolla una increíble personalidad en los enemigos, que mantienen largas y variadas conversaciones, se llaman por su nombre y reaccionan ante lo acontecido a sus compañeros y a sus queridas mascotas. Si, con todo eso, no lo habíamos pensado, The Last Of Us 2 nos fuerza a ver que Ellie es otra asesina más, con razones mejores o peores que muchos otros, especialmente que Abby. Recorremos el campamento saludando a soldados que Ellie matará muy pronto. Ahora vamos a ver los tres días de Abby, paralelos a los que ya hemos vivido con Ellie y de los que solo tenemos pequeñas pistas. Pero la cosa no acaba ahí, el juego nos tiene preparado otro salto aún mayor.

Abby ¿villana o heroína?

Mientras retrocedemos en el tiempo y descubrimos el amor de Abby por Owen (a través de una romántica visita al Aquario y un gran momento noria), el último hombre al que vimos matar a Ellie junto a su novia embarazada, seguimos su avance por Seattle. Si para Ellie todos eran enemigos, Abby, una lobo, solo tiene uno, los Scars. De primeras podríamos creer que una secta radical que raja la cara de sus miembros y que cuelga y saca las tripas de sus prisioneros es, esta vez sí, mala, mala, mala. Pues bien, mientras Abby intenta encontrarse con Owen, cae presa de los Scars y, justo antes de que la abran en canal, dos jóvenes hermanos de la secta la rescatan.

Vamos, que cuando aún nos estábamos recuperando de que el juego dotase de humanidad y nos forzase a empatizar con los asesinos de Joel, The Last Of US 2 nos muestra el lado humano de los enemigos de Abby. Lev y Yara se han escapado y rebelado contra su sociedad por un misterioso motivo. Al día siguiente, tras una sesión de sexo duro con Owen (un meme instantáneo), Abby no puede evitar ver en los niños una oportunidad de hacer el bien, de salvar a alguien como no pudo hacer con su padre antes de que lo matase Joel. Un lobo no dudaría en matar a un Scar, aunque fuese un niño, pero ella ya no lo será más a partir de esa noche. Por eso vuelve y lleva a Yara ante Mel, la mujer embarazada que en breve matará Elli y que es una gran cirujana.

Deben amputarle el brazo para salvarle la vida, lo que llevará a Abby y al hermano de la joven, Lev, a una complicada aventura para conseguir los recursos médicos. De nuevo, el juego utiliza la dinámica de los compañeros para crear empatía durante el gameplay, más allá de las cinemáticas. Durante esta misión empezamos a descubrir el lado humano y piadoso de esta secta religiosa, llena de extremos sangrientos pero también de un gran sentido comunitario y de unas tradiciones totalmente disueltas por el estado del mundo.

Por encima de eso, descubrimos a Lev, un niño con miedo a los océanos y a los perros que ayuda a Abby a superar su miedo a las alturas. En el camino, Lev se tendrá que enfrentar a sus compañeros Serafitas, de los que tuvo que huir… ¿Por cortarse el pelo? Como más adelante explicará Yara, Lev nació como Lily, una niña a la que habían destinado a casarse con uno de los ancianos de la aldea. Aunque internet está plagado de incels y ultraconvervadores quejándose de la visibilidad trans en este juego, recordemos que es la misma gente que no vio lo orgánico y natural que resultó la homosexualidad de Ellie. Sigamos. Lev es un joven trans nacido en una sociedad que abre en canal a los infieles, una especie de inquisición de la que tiene que huir pese a su devoción al credo.

Lev y Yara son para Abby lo que Dina era a Ellie, los personajes que la pueden sacar de ese agujero negro de venganza y resentimiento al que le metió el asesinato de su padre. Dina, sin embargo, aún está por ver si podrá rescatar a Ellie de la oscuridad en la que se encuentra tras la muerte de Joel. En cuanto a esta dinámica de Abby con Lev no podemos dejar de pensar en lo que recuerda a Joel y Ellie en The Last Of Us. No, ni Abby ni Lev consiguen ser Ellie, ni ellos ni nadie, pero es sorprendente como acaban ganándose un hueco en el corazón de un jugador que, sin duda, comienza odiándolos con todas sus fuerzas.

Finalmente, Abby y Lev lograrán la medicina para Yara, pero esta morirá poco después salvándole la vida ante el líder de los lobos, Isaac. Tras una excepcional secuencia en la isla de los Serafitas durante una noche alumbrada por el fuego de las antorchas, llega el momento que habíamos dejado atrás, el comienzo del inmenso clímax de The Last of Us 2 y una de las propuestas narrativas que mayor reto pueden suponer para cualquier espectador/jugador. Abby tiene que a matar a Ellie y eres tú, ese jugador que ha crecido con ella, quien has de hacerlo.

Es evidente que, por mucho que se haya empeñado Naughty Dog y la razón nos diga que Ellie ha demostrado ser más malvada que Abby, no puedes evitar sentir una enorme repulsa ante tal tarea. Del mismo modo que fue incómodo llevar a Joel matando a los médicos que buscaban la cura y mintiendo a Ellie.

Pero cerrar el juego acabando con su protagonista, aunque atrevido, no sería algo digno de la complejidad narrativa que ha demostrado esta saga. Justo antes de acabar con la vida de Dina y Ellie y, gracias a Lev, Abby vuelve a dejar con vida a Ellie. Ella le perdona por segunda vez, a pesar de haber matado a sus seres queridos. Toda una lección de piedad y venganza. Definitivamente, Lev le ha hecho encontrar la redención y lo único que le importa ahora es buscar junto al pequeño lo que queda de los Luciérnagas que, recordemos, tienen como lema “busca la luz”. Sí, Ellie de pequeña también quería ser Luciérnaga…

El juego podría haber finalizado aquí, con una Abby que empezó como la villana y que ha demostrado su profunda piedad, comprensión y humanidad, y con una Ellie a la que la venganza le ha salido muy mal, pero que todavía tiene la oportunidad de arreglar su vida. En este punto, The Last of Us 2 ya ha llevado más lejos la unión del jugador con sus personajes que cualquier otro juego, pero al parecer su intención no es solo ganar, sino situar sus récords muy lejos, inalcanzable para los demás.

Ellie y Dina, una familia improvisada

Pasa un tiempo y Ellie tiene en los brazos al hijo de Dina. Ambas viven una relación idílica con el hijo del fallecido Jesse en una granja, lejos de Jackson y de malos recuerdos. Tiene la vida más perfecta que cualquiera podría soñar en esas circunstancias. Recogemos un peluche en un tractor, pastoreamos ovejas y le metemos mano a Dina mientras friega. Tras tanta oscuridad, The Last Of Us 2 está muy cerca de acabar con un final idílico, cerrado, despedirse con brillo como una enseñanza sobre la posibilidad de redención y el daño que hace la venganza. Este juego, esta historia, es todo eso, pero, como en la vida, no hay nada cerrado, y la herida se vuelve a abrirse.

Llega Tommy con noticias del paradero de Abby y Ellie, que no puede dormir por las pesadillas y los recuerdos de Joel, deja su vida perfecta para buscar, de nuevo, venganza. Dina le advierte de que, si se va, muy probablemente pierda lo que tiene para siempre, pero Ellie elije de nuevo el camino de la sangre. Otra vez, Naugthy Dog nos fuerza a seguir a personajes cuyas elecciones comprendemos pero que no queremos cumplir. Queremos que sea feliz y se quede con Dina, que viva la vida que merece, que elija las jirafas y no el machete empapado de sangre, pero las cosas no ocurren como deseamos, y Ellie emprende su último viaje tras Abby.

Ellie sigue la pista de Abby, capturada por otro grupo paramilitar llamado “Víboras”. Acabamos con ellos y llegamos hasta donde tienen a los prisioneros pero uno de los liberados nos dice que Abby está en las columnas de la playa y que, muy probablemente, ya esté muerta. Empezamos a pensar que lo mejor es que así sea, y que Ellie no pueda efectuar su venganza. Llegamos a la playa y vemos un horrible campo de troncos con gente atada, como una explanada de crucifixión. Muchos están muertos pero Abby y Lev siguen vivos, aunque por poco. Cuando parece que Ellie va a acabar con la vida de Abby lo que hace es liberarla.

Esta baja a Lev y le indica a nuestra protagonista donde hay dos lanchas con las que pueden escapar. Deseamos con todas nuestras fuerzas que todo quede en eso, que Ellie deje irse a Abby como esta hizo con ella, pero Ellie nos vuelve a decepcionar y le exige a Abby una pelea a muerte llegando a amenazar a un Lev inconsciente para provocarla. Si al principio del juego deseábamos acabar con Abby con nuestras propias manos, nos encontramos con que esta lucha nos pone en una posición todavía más incómoda que la del teatro, en la que llevábamos a Abby intentando matar a Ellie. No, ya no queremos matar a Abby, y no solo porque le hayamos cogido cariño, sino por Ellie y por como cada puñetazo que le da parece dolerle a ella por igual.

Ellie vs Abby. Venganza entre sangre y lágrimas

El juego no cae en el error de preparar una lucha espectacular para su enfrentamiento final. La batalla es sucia, horrible y rastrera. El entorno es austero, dramático y oscuro, acompañando al profundo drama del que es testigo, una pelea que nunca querríamos ver aunque sabíamos que iba a llegar. Tememos que una de las dos acabe muerta, sobre todo porque la que sobreviva no va a quedar mucho mejor parada. Incluso tememos que mueran las dos, al borde del colapso. Manejamos a Ellie, esquivando y golpeando con lástima, sin querer queriendo. Pero Naughty Dog nos tiene preparada otra vuelta de tuerca.

La pelea está a punto de acabar con Ellie, más cruel y destruida que nunca, ahogando en un palmo de agua a Abby. Entonces reaparece esa famosa fiesta que precede al juego y que vimos antes de su marcha de la granja. Es solo un instante que más tarde se ampliará. Ahí ya no aparece Joel medio muerto y ensangrentado, sino en su porche, tranquilo y con su guitarra. Esa imagen de paz hace a Ellie soltar a Abby, que la mira sorprendida y, sin ningún atisbo de rabia, aprovecha para marcharse junto a Lev, quizás esperando que, como ella, Ellie encuentre la paz algún día.

Ellie vuelve a su granja, esa que compartía con Dina bajo un precioso ocaso. Ahora está nublado y la vivienda está vacía, no queda nada ni nadie. Deseamos con toda nuestra alma que eso no signifique un adiós definitivo, que Ellie encuentre a Dina y que esta la deje volver, pero no tendremos esa satisfacción. Puede que todo el juego haya trabajado la convivencia de Ellie con Dina, su futuro, pero The Last Of Us siempre irá de ella y Joel, y con ellos cerrará esta extraordinaria historia. La única habitación que permanece tal y como estaba es la de Ellie, llena de pósters ochenteros y la guitarra que le regaló Joel, la que tocamos una última vez. Más bien lo intentamos, a Ellie ya le faltan dos dedos, los que ha perdido en su venganza y que le impide tocar la guitarra como le enseñó Joel.

Entonces aparece el flashback definitivo, una única cinemática que viene a completar la última noche en la que Ellie y Joel hablaron, ese momento que vimos fugazmente antes de que Ellie dejase de ahogar a Abby. Tras una época sin hablarse, tal y como Ellie le había prometido al enterarse de lo que pasó con los Luciérnagas, Ellie fue a ese porche para hacer las paces con Joel. Ella le vuelve a echar en cara que, al salvarla, le quitó un propósito a su vida. Joel simplemente le responde que, si pudiera volver atrás, haría exactamente lo mismo, que es como decir que su vida es un coste demasiado alto para cualquier cosa, incluso para salvar el mundo, que ella es lo más importante para él, y que vivir su vida es su propósito y no salvar a nadie. Ellie se calla y quedan en verse de vez en cuando.

Esas sí que son las últimas palabras que nos merecíamos entre Joel y Ellie (un minuto de silencio para todos esos indignados por la temprana muerte de Joel que, ofuscados, no lleguen a este momento), están en paz, siempre lo estuvieron aunque ella tardase en verlo. Ellie deja la guitarra, que es como dejar a Joel y su fantasma atrás. La posa en una ventana muy parecida a esa que adornaba el menú principal del primer juego. En la guitarra hay un símbolo de los Luciérnagas que, gracias a Abby, sabemos que están reuniéndose de nuevo. De fondo, entre el trigo de la granja, vemos a Ellie alejarse, sola y sin rumbo conocido, pero tranquila, hacia delante.

Autor Original: Rafael Sánchez Casademont 

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Información
The Last of Us 2
Juego
The Last of Us 2
Descripción
The Last of Us 2, una historia de venganza y crueldad protagonizada por Ellie en contra de nuevos tipos de infectados y grupos radicales.
Autor

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